martes, 27 de junio de 2017

CÓMO GANAR LA BATALLA EN NUESTRAS MENTES

CÓMO GANAR LA BATALLA EN NUESTRAS MENTES

Por el Profeta Cliff Bell © 2014

¿Has notado que mucha de nuestra guerra espiritual se lleva a cabo en la mente?  Fíjate lo que dice esta Escritura…

2ª Corintios10:3-5  «Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne;  4 porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; 5  destruyendo ESPECULACIONES y todo RAZONAMIENTO altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo PENSAMIENTO en cautiverio a la obediencia de Cristo,» (Versión LBLA)

Está implicando que NO TODO PENSAMIENTO QUE SE NOS “OCURRE” PROVIENE DE NOSOTROS MISMOS.  (Es igualmente verdad con las emociones o los sentimientos).

La Versión Reina Valera 1960 lo dice así…
2ª Corintios10:3-5  «Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando ARGUMENTOS y toda ALTIVEZ que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo,»

Es claro que nuestra milicia incluye el derrumbamiento de “argumentos, especulaciones, y razonamientos altivos” que son contrarios al conocimiento de Dios...  Además tenemos que poner todo “pensamiento en cautiverio a la obediencia a Cristo”… 

¿Qué significa llevarlo cautivo a la obediencia a Cristo?  Creo que esa frase queda más entendible en la Nueva Versión Internacional: «…llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.» 2ª Corintios 10:5 NVI

Implica, entonces, que nuestros oídos espirituales pueden oír pensamientos, argumentos, especulaciones, o razonamientos que vienen del diablo.  Aunque estos pensamientos malignos provienen de un espíritu maligno, en algún punto se registran en nuestras mentes (nuestra alma) que es en donde también tenemos nuestra voluntad (habilidad de decidir a aceptar o rechazar los pensamientos).  Es allí donde rechazamos dicho pensamiento, o nos ponemos de acuerdo con ello. 

La mente también es donde tenemos nuestro intelecto. La mente es un almacén de conocimiento (de todo lo que hemos aprendido - sea bien o mal; e incluye nuestro conocimiento bíblico ...o falta de ello).  Nuestro conocimiento bíblico es lo que usamos como un filtro para determinar si un pensamiento, una emoción, o un sentimiento proviene de Dios o de otra fuente. 

Ese “filtro” de conocimiento bíblico (y entendimiento de doctrina sana) se pueda comparar a un agente de inmigración que tiene la responsabilidad de permitir o prohibir el paso del pensamiento.  Un agente de inmigración tiene que estar en alerta porque entre los inmigrantes (pensamientos) buenos y válidos, también llegan algunos terroristas o tipos criminales, traficantes ilegales, etc., que puedan causar daño. 

La calidad y cantidad de nuestro conocimiento bíblico es como la calidad del entrenamiento que ha recibido el agente.  Los agentes con poco entrenamiento no detectan posibles terroristas o tipos criminales que desean paso y que figen ser otra cosa.  Estos agentes no bien entrenados serán más vulnerables a ser engañados por alguien que les presente con documentos falsificados (engaño). 

Somos mandados por Dios a filtrar nuestros pensamientos y emociones porque Dios sabe que el enemigo puede plantar o injertar pensamientos en nuestra alma.  Eso comprueba una vez más que nuestros oídos espirituales tienen la habilidad de oír cualquiera voz espiritual – no solamente la de Dios.  Es normal que un oído espiritual oiga voces espirituales.  Es como un radio que puede recibir la señal de cualquiera difusora cercana.  El asunto es ¿qué haremos con lo que oímos?  
  • ¿Estamos conscientes de que no todo pensamiento proviene de nosotros?  
  • ¿Estamos en alerta para detectar y prohibir el paso a lo que es contrario a la Verdad de Cristo?

Tener ese conocimiento bíblico que sirva como un sistema de filtración es esencial para aquellos que desean profetizar. 

No debamos aceptar cualquier pensamiento que se nos ocurre.  Tenemos que DISCERNIR LA FUENTE del pensamiento.  Las opciones posibles son que es:
  1. de Dios,
  2. del diablo, o
  3. de nuestro propio ser – (sea de nuestra carne, nuestro intelecto o nuestro espíritu humano).  

Si la fuente del pensamiento no está de acuerdo con la Verdad y naturaleza de Dios, lo tenemos que DETENER y HACERLO SOMETER a Cristo.  Eso es, identificar el pensamiento contrario, rechazarlo REEMPLAZARLO intencionalmente con la Verdad de Cristo. 

No es suficiente rechazar la mentira o la maldad. Se tiene que reemplazar con la Verdad, con la Palabra de Dios.  Yo recomiendo que sea hecha en voz alta, porque la confesión de nuestra boca es una parte esencial de nuestra milicia (1ªTimoteo 6:12; Romanos 10:9-10).  

Se puede decir que es una forma de "lavamiento cerebral"… Esa no es una cosa mala cuando nos damos cuenta que la necesitamos y si usamos el agua de la Verdad de Dios para hacerlo.  De hecho, es bueno y necesario si vamos a vivir exitosamente estando en el mundo pero no siendo del mundo.  Los que NO lo hacen siempre con inconstantes y vacilantes en su fe y caminar.  Es la única forma que podremos discernir consistentemente la Voz y la Voluntad de Dios.  

«2 No os conforméis a este siglo, sino TRANSFORMAOS por medio de la RENOVACIÓN DE VUESTRO ENTENDIMIENTO, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.» Romanos 12:2 

Lo he dicho antes, LA MENTE RENOVADA Y LA VIDA VICTORIOSA NO VIENEN POR ACCIDENTE.  Cristo desea presentar Su Iglesia a Su Padre como una Iglesia gloriosa, pero nosotros tenemos que cooperar con El INTENCIONALMENTE lavando nuestras mentes con el agua de la Palabra de Dios.  Mira lo que dice la Escritura acerca de la voluntad de Dios para con Su Iglesia…

«26 para santificarla, HABIÉNDOLA PURIFICADO EN EL LAVAMIENTO DEL AGUA POR LA PALABRA, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.» Efesios 5:26-27

Cuando reemplazamos los pensamientos contrarios con el agua de la Palabra de Dios (la Verdad que nos hace libres), el Espíritu Santo entonces puede vivificar esa verdad a nuestros corazones. 

«El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del LAVAMIENTO de la REGENERACIÓN y la RENOVACIÓN por el Espíritu Santo,»  Tito 3:5 

TAREA:  
  • Comience a identificar, discernir y categorizar los pensamientos, los sentimientos y las emociones que vienen a tu mente, comparándolas con la Verdad de la Palabra de Dios.  
  • Cuando identifiques un pensamiento que es contrario a lo que dice la Escritura, renúncialo en voz alta y confiese lo que Dios dice al respecto.

Para aquellos que han batallado crónicamente con depresión, pensamientos negativos (incluso las tentaciones) o actitudes negativas recomiendo lo siguiente:

  • Puedas iniciar una hoja con dos columnas.  
  • En la columna izquierda alista los pensamientos que son contrarios a la Palabra de Dios.   (Ej., "No puedo hacer nada.")
  • En la columna derecha escriba lo que Dios dice al respecto.  (Ej., "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Fil. 4:13)
  • Cada día en voz alta renuncia las mentiras del enemigo, y confiese la Verdad de Dios.  Si puedes, hazlo varias veces por dia. 
  • Hazlo hasta que esa mentira ya no tiene poder sobre tu vida y la Verdad de Dios queda establecida.  

Es una lucha, pero Dios nos ha dado las armas efectivas en Su Palabra para tener victoria, y eso lo convierte en una buena batalla de la fe. 
  Una buena batalla es una que puedes ganar.

«Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.» 1ª Timoteo6:12



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