¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano
de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros
sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Marcos 6:3
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Generalmente las familias en Palestina
vivían juntas en pequeños poblados y era notorio el proceder de cada uno tanto
de familiares como de amigos. José después de regresar de Egipto se ubica en Nazaret y allí cría junto a su esposa María a sus otros
cuatro hijos e hijas aparte de Jesús. Poco tiempo después, Jesús fue con sus
discípulos al lugar donde se crió, no para traer conflicto de pensamientos, sino
para ejercer su ministerio (como en toda ciudad que el llegaba). Ahora era más
que el simple hijo del carpintero, ahora
llevaba la autoridad de su Padre celestial
confirmada sobre su cabeza. Sin embargo, allí se encontró con incredulidad
y duda acerca de su persona y ministerio. Jesús se encuentra con una realidad, “no
creían en él”. Sus parientes y amigos de
infancia tropiezan con respecto a su persona; que en la mente de ellos fácilmente
se convierte en “escándalo”, “una piedra”, donde no pueden superar el conflicto en su
interior, de reconocerle como un hombre de autoridad, y menos como el “Hijo de
Dios”.
Y ese término “Skandalizo”, en griego, no se refiere necesariamente a un tropezar sobre una roca
y caer, sino es un tropiezo en la mente el cual se produce cuando hay un
conflicto en el pensamiento que no concuerda con lo que se ha creído o se ha juzgado
acerca de alguien.
En este relato enfatiza “que se escandalizaba de él”, justamente,
a los que le habían visto crecer, vecinos y familiares, eran los que desaprobaban
su autoridad y eso causó el conflicto en sus mentes el cual los llevó a la duda.
Jesús
vuelve a su barrio de infancia, no con el propósito simplemente de saludar a su
gente, sino a ejercer su ministerio, anunciar las buenas noticias de salvación
y sanar a los enfermos, sin embargo ellos “tropezaron” en sus mentes. He ahí la
palabra en griego clave “Skandalizo”, “tomar ofensa”. Skandalizo viene de la raíz /skandalon/ “escandalo”, y si bien aquí no necesariamente Jesús hizo ningún
escándalo, pero dentro de ellos mismos se estaba formando, ya que en sus mente
Jesús sería esa roca en el cual, ellos tropezarían. Tropezaron en su propio concepto
que tenían acerca de él, la imagen primitiva que ahora no concordaba, eso es lo
que produce “un escandalo” en la
mente de las personas. La palabra en griego Skandalizo
se define como: I. poner un tropiezo
u obstáculo en el camino, en la que otro puede tropezar y caer; como metáfora: es
ofender. Otra opción es: “ser la causa que una persona comience a desconfiar acerca
de quien debe confiar y obedecer, eso produce
dentro de uno mismo el “ser ofendido en uno”, es decir, ver en otro lo que yo desapruebo y lo que
me impide reconocer su autoridad. Mas ampliado: “para hacer que uno juzgue desfavorablemente o injustamente de otra
persona”. Otra definición al respecto: “en lo que uno que se topa o cuyo
pie se enreda para sentirse molesto”.
“Hacer a alguien indignar; estar
disgustado”.
Las intenciones de Jesús, no fue
ofenderlos, sino mas bien a bendecirlos, sin embargo ellos se disgustaron y tropezaron
en sus propios pensamientos; rechazando el objetivo principal de su llegada, que
era proveerles su poder. Sin embargo ellos mismos, cayeron en la piedra de sus
propios conflictos, juzgando desfavorablemente o injustamente contra su
persona.
¿No crees que a veces nosotros mismos hemos caído en “ofensas”, que
nadie nos ha provocados sino que los conflictos han estado dentro de nosotros
mismos?
Ellos no vieron las virtudes de
Dios en él, y menos vieron que era el
Hijo de Dios, sino miraron su humanidad,
siendo impulsados a juzgarlo erradamente, descubriéndose en ellos mismos, su
propia incredulidad.
Así pasa muchas veces a todos, se juzga a las personas, miran lo
humano , lo de afuera, el concepto pre-concebido y no reciben nada de parte de Dios,
porque en sus mentes ven solo “la piedra
que les hace tropezar” miran al hombre y no miran al don de Dios operando
en el hombre o en la mujer de Dios. Jesús mismo lo dijo que se asombro de su incredulidad, y por esa
causa no recibieron las señales que traía para ellos. Jesús seguía siendo el
mismo, entrara a la ciudad que fuera; la diferencia estaba en ellos. En vez de ver
a Jesús, como roca de salvación, ellos la tornaron en piedra de tropiezo y
cayeron en skandalizo, en vez de ser
de bendición, le fue de tropiezo; y dice el evangelio: …Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
¡Ten cuidado de tu propia mente!, nunca
juzgues según la apariencia, aprende a recibir lo que viene de parte de Dios, saca
provecho de lo que él ha depositado dentro de ellos y será para ti de bendición
y no de piedra de tropiezo.
Dios te Bendiga
Ptra. Lidia Zapico
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