viernes, 22 de julio de 2011

SANANDO EL CORAZON HERIDO


Reflexión: Un análisis objetivo sin prejuicios, que analiza abiertamente que se mueve en los corazones heridos.
La persona que esta bajo una influencia de rechazo cree que es incompatible con ‘ciertas personas’ especialmente con aquellas que se tiene que relacionar diariamente.
Alguien puede pensar (¿) yo no soy compatible con esa persona, con esa Iglesia o grupo.
El diccionario nos dice que la palabra incompatible significa: “que no tiene buena aptitud para estar junto a otro”. Y la palabra Aptitud representa: “capacidad o buena disposición para ejercer una determinada función junto alguien”. (Asociación matrimonial o de asamblea)
Cuando una persona no tiene una buena disposición para ejercer algo junto a alguien, cualquier malestar o mal pensamiento crecerá en enojo (un argumento injustificable que será un punto de apoyo para agravar su sentimiento de rechazo).
En el interior de la persona nace un enojo por cualquier causa o circunstancia. Si el enojo no sale a tiempo, se pude convertir en rencor. Es decir, llegar aborrecer a alguien o a otros en conjunto- empresa – trabajo- iglesia.
Analícese cada uno y pruebe su corazón… El salmista perseguido por hombres reales lo afirma en el Salmo 17. Es necesario analizarse cada uno:
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión. Salmos 17:3
Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. Salmos 26:2
La persona que no sana su enojo cree que todo esta bien, cree que solo es un aislamiento (sin saber porque) y que siempre los demás lo dejan solo(a).
Si no perdona a tiempo o se aclara su enojo, se puede agravar la situación y formar un abismo, no solo en sus pensamientos sino con las otras personas. (Los pensamientos contrarios y negativos en la mente, trabajan para separar a los seres humanos).
El que sufre de rechazo siempre piensa que la otra persona es la que debe solucionar las cosas. Es mas fácil echar la culpa a los demás, que tomar la responsabilidad personal.
¿Cuál es la causa de la puerta abierta? sospecha, pensamientos dudosos como, nadie me quiere…todos me desprecian, delirio de persecución y de abandono.
Es difícil que la persona reciba ayuda o consejo, si cierra la mente, (eso hace que se separe de los demás), hasta que el enojo cese y el individuo recapacite o reconozca que necesita ayuda.
Si persiste en su capricho… su corazón se vuelve no enseñable. Su aptitud es Aptitud de aislamiento, más que querer perdonar. Y una Aptitud victimizada (centrada en el YO personal), Buscara siempre personas que le den la razón; que le digan: “tú tienes la razón, yo te entiendo…”
La persona que padece el “Síntoma del Corazón Herido” tiene que buscar solución para sanarlo, y salir de su “Shell” o cascarón y pedir ayuda.
El enemigo número 1 de que la persona salga de su “embotamiento mental y emocional” es el orgullo, y a veces la rebelión. El orgullo ‘del que dirán’ impedirá que la persona busque ayuda.
Echemos un vistazo a lo que dice la Biblia acerca del orgullo y sus consecuencias:
Proverbios 29:23, 16:18
· Es un sentimiento de grandeza propia y superioridad.
· Genera un deseo de estar siempre a la cabeza.
· Nos hace aparentar lo que no somos.
· Nos consume emocionalmente, nos agota y nos lleva a crisis nerviosas.
· Trae falta de sabiduría por que no nos deja escuchar a otros.
· Va asociado con la ira.
· Genera falta de paz.
· Vacía el alma, y toda la energía del cuerpo.
· Nunca acepta la corrección o la sugerencia.
· Nunca acepta que se equivoca.
· No olvida las ofensas.
· Es fuente de rebelión, desafió y venganza.
· Nos hace complicados y técnicos.
· Es la razón de discusiones y divisiones.
· Es una fortaleza contra el quebrantamiento de Dios.
· Causa desunión
· Nos hace creer que somos mejores que otros.
· Destruye el discernimiento.
· Es lo opuesto al amor.
· Es enemigo de Dios, resiste a Dios, desafía a Dios.
· No nos permite vencer a Satanás.
Una vez el alma se libera de la presión y de los pensamientos hostigadores, recibe el perdón de Dios y la vez perdona; su enojo y rencor es vencido por Cristo, sabe aclarar las cosas y es libre.


La Pastora Lidia