martes, 31 de diciembre de 2013

Saliendo del skandalizo, para recibir toda la plenitud de Dios



  ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Marcos 6:3

Generalmente las familias en Palestina vivían juntas en pequeños poblados y era notorio el proceder de cada uno tanto de familiares como de amigos. José después de regresar de Egipto se ubica en Nazaret  y allí cría junto a su esposa María a sus otros cuatro hijos e hijas aparte de Jesús. Poco tiempo después, Jesús fue con sus discípulos al lugar donde se crió, no para traer conflicto de pensamientos, sino para ejercer su ministerio (como en toda ciudad que el llegaba). Ahora era más que el  simple hijo del carpintero, ahora llevaba la autoridad de su Padre celestial
confirmada sobre su cabeza.  Sin embargo, allí se encontró con incredulidad y duda acerca de su persona y ministerio. Jesús se encuentra con una realidad, “no creían en él”.  Sus parientes y amigos de infancia tropiezan con respecto a su persona; que en la mente de ellos fácilmente se convierte en “escándalo”,  “una piedra”,  donde no pueden superar el conflicto en su interior, de reconocerle como un hombre de autoridad, y menos como el “Hijo de Dios”.

Y ese término “Skandalizo”, en griego, no se refiere necesariamente a un tropezar sobre una roca y caer, sino es un tropiezo en la mente el cual se produce cuando hay un conflicto en el pensamiento que no concuerda con lo que se ha creído o se ha juzgado acerca de alguien.

En este relato enfatiza “que se escandalizaba de él”, justamente, a los que le habían visto crecer, vecinos y familiares, eran los que desaprobaban su autoridad y eso causó el conflicto en sus mentes el cual los llevó a la duda.
Jesús vuelve a su barrio de infancia, no con el propósito simplemente de saludar a su gente, sino a ejercer su ministerio, anunciar las buenas noticias de salvación y sanar a los enfermos, sin embargo ellos “tropezaron” en sus mentes. He ahí la palabra en griego clave “Skandalizo”,  “tomar ofensa”.  Skandalizo  viene de la raíz /skandalon/ “escandalo”, y si bien aquí no necesariamente Jesús hizo ningún escándalo, pero dentro de ellos mismos se estaba formando, ya que en sus mente Jesús sería esa roca en el cual, ellos tropezarían. Tropezaron en su propio concepto que tenían acerca de él, la imagen primitiva que ahora no concordaba, eso es lo que produce “un escandalo” en la mente de las personas. La palabra en griego Skandalizo se define como: I.  poner un tropiezo u obstáculo en el camino, en la que otro puede tropezar y caer; como metáfora: es ofender. Otra opción es: “ser la causa que una persona comience a desconfiar acerca de quien debe confiar y obedecer, eso produce  dentro de uno mismo el “ser ofendido en uno”, es decir, ver en otro lo que yo desapruebo y lo que me impide reconocer su autoridad. Mas ampliado: “para hacer que uno juzgue desfavorablemente o injustamente de otra persona”. Otra definición al respecto: “en lo que uno que se topa o cuyo pie se enreda para sentirse molesto”. “Hacer a alguien indignar; estar disgustado”.

Las intenciones de Jesús, no fue ofenderlos, sino mas bien a bendecirlos, sin embargo ellos se disgustaron y tropezaron en sus propios pensamientos; rechazando el objetivo principal de su llegada, que era proveerles su poder. Sin embargo ellos mismos, cayeron en la piedra de sus propios conflictos, juzgando desfavorablemente o injustamente contra su persona.
¿No crees que a veces nosotros mismos hemos caído en “ofensas”, que nadie nos ha provocados sino que los conflictos han estado dentro de nosotros mismos?
Ellos no vieron las virtudes de Dios en él, y menos vieron que era el Hijo de Dios, sino miraron su humanidad, siendo impulsados a juzgarlo erradamente, descubriéndose en ellos mismos, su propia incredulidad.

Así pasa muchas veces  a todos, se juzga a las personas, miran lo humano , lo de afuera, el concepto pre-concebido y no reciben nada de parte de Dios, porque en sus mentes ven solo “la piedra que les hace tropezar” miran al hombre y no miran al don de Dios operando en el hombre o en la mujer de Dios. Jesús mismo lo dijo que se asombro de su incredulidad, y por esa causa no recibieron las señales que traía para ellos. Jesús seguía siendo el mismo, entrara a la ciudad que fuera; la diferencia estaba en ellos. En vez de ver a Jesús, como roca de salvación, ellos la tornaron en piedra de tropiezo y cayeron en skandalizo, en vez de ser de bendición, le fue de tropiezo; y dice el evangelio: …Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
¡Ten cuidado de tu propia mente!, nunca juzgues según la apariencia, aprende a recibir lo que viene de parte de Dios, saca provecho de lo que él ha depositado dentro de ellos y será para ti de bendición y no de piedra de tropiezo.

Dios te Bendiga

Ptra. Lidia Zapico