En el fin de semana pasado, el pastor Charles Matole, fue asesinado a tiros en la misma ciudad. Él estaba orando en el templo de la Iglesia Evangélica de los Redimidos, cuando fue atacado.
Después una masacre contra los cristianos en el centro comercial Westgate en septiembre, Kenia vuelve a vivir con el fantasma del terrorismo. Según la Cruz Roja, 68 personas fueron asesinadas por militantes musulmanes de al-Shabab, un grupo extremista musulmán, ligado al brazo de Al Qaeda en África.
Con base en la vecina Somalia, desde el 2011 se han realizado ataques en protesta por el envío de tropas kenianas a su país.
Los objetivos incluyen iglesias, bares, centros comerciales e instalaciones militares. Este año, otros ataques mortales tuvieron lugar en diferentes ciudades del país, pero no se han identificado a los terroristas.
Radicales musulmanes han advertido que los ataques no se detendrán. A principios de octubre, una iglesia del Ejército de Salvación fue quemada por los jóvenes musulmanes en Mombasa, una ciudad situada en la región costera.
En el fin de semana pasado, el pastor Charles Matole, fue asesinado a tiros en la misma ciudad. Él estaba orando en el templo de la Iglesia Evangélica de los Redimidos, cuando fue atacado. Los miembros de la iglesia dicen que había recibido amenazas después de ganar a muchos musulmanes para Jesús durante las reuniones de avivamiento dirigidas por él.
Los miembros de su iglesia, se encontraban en unas sillas de plástico durante el servicio en la noche del sábado. El pastor estaba de rodillas y sosteniendo una Biblia en su pecho. “Su cráneo fue gravemente dañado”, se lamentó un miembro de la iglesia.
Al día siguiente, se informó de la muerte de otro pastor Ebrahim Kidata, pastor de la Iglesia Pentecostal de África Oriental, ubicada en un pueblo a 30 kilómetros al norte de Mombasa. La policía dijo que el pastor fue estrangulado y su cuerpo abandonado en medio de unos arbustos
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