El mensaje que Usted leerá viene de Jesús (Yeshua) mismo. Antes de escribirlo y exponerlo a sus hijos, quiero decir que hubo muchas horas de oración, preguntas, meditaciones, lectura de la Palabra, y ayuno; y sobre todo momentos de muchas lágrimas en donde su Espíritu me motivaba a orar con insistencia pronunciando una sola palabra…”MISERICORDIA”.
Cada vez que la decía, sentía que mi corazón por momentos iba a explotar de angustia. Fue tan fuerte que hasta mis esposa tuvo que contenerme y ministrarme en un momento en particular. Después de ello me tomé un tiempo para no pensar en esto, y me dediqué casi por completo a mis familia durante algunos días. Pero en esta 1ra. semana de Agosto de 2015, el Señor me llevó a volver a orar de la misma manera que antes y finalizó mi ayuno diciéndome que comunicará a sus hijos lo que escucharán y leerán.
Aclaro que esta palabras son explícitamente para reflexionar y darnos cuenta de que para entrar al Reino de los Cielos es necesario “Ser” y no “Aparentar” ser Santos. Y además me siento indigno de que nuestro Maestro me haya elegido para transmitir un mensaje tan sincero y cabal de los que esta sucediendo a su pueblo.
Desde ya le anuncio que el corazón de nuestro Padre está airado por menospreciar el tremendo sacrificio que realizó su Hijo. No obstante Yeshua esta diciendo lo que ha de venir a sus hijos que actualmente mantienen esta altiva actitud ante el Trono de la Gracia.
¿Quién eres para juzgar? ¿No sabes que con la misma vara con que juzgas a tu hermano serás juzgado? ¿No te he enseñado que debes perdonar? Y si yo digo que haré justicia sobre aquellos que alguna vez fueron mis siervos, pero hoy están perdidos por su elección de amar al dinero y a los placeres de esta tierra antes que a mí, así lo haré porque yo cumplo mi Palabra.
Te pregunto a ti. ¿Tú no eras así? ¿Tú no codiciabas? ¿Tú no te enojabas contra tu hermano? ¿Tú no hablabas a sus espaldas? ¿Tú no lo injuriabas? ¿Quién te crees que eres? Hombre. Eso eres. Sólo hombre. Vienes del polvo y al polvo vuelves, y por mi misericordia yo doy aliento de vida a tu cuerpo, y he creado tu alma para mostrarte mi profundo amor.
Yo soy el Rey de Reyes que tengo misericordia hasta el último segundo de vida de cada ser humano. Yo pagué con mi sangre por todos sus pecados.
Antes de hablar, de escribir y de juzgar. ¿Por qué no te encierras en tu cámara de oración y clamas a mí por su alma? ¿No sabes que yo amo a mis enemigos? Mira el ejemplo que les di acerca de Judas. Yo a él le dije amigo y lo traté como tal, a pesar de saber yo, que habría un día de entregarme al sanedrín.
Y si a los que no son míos, yo también los perdono cuando claman verdaderamente por misericordia y se les hace luz en sus espíritus de que Yo soy el Gran Yo Soy. ¿Por qué no oras? ¿Por qué mientes? ¿Por qué juzgas? ¿Por qué matas con tus palabras? Yo soy el Juez. No tú
¿Sabes qué? Tú también te estás yendo al infierno. Sí; como lo lees y lo escuchas. Tú también te estás yendo al infierno. O no conoces mi Ira. Yo lo dije. Lee y escucha mis palabras en Mateo 5 versículo 21 al 22.
Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje con su hermano será culpable de juicio; y cualquiera que diga a su hermano: Necio, será culpable ante el concilio; y cualquiera que diga: Insensato, quedará expuesto al fuego del infierno.
Tú me dirás. Señor, yo soy celoso de ti. Por eso lo hago. Pero Yo te digo por tanto. No necesito que tú me defiendas. Tú eres mi hijo, pero aun siendo mi hijo; tus pasos se están dirigiendo al mismo lugar de horror que aquellos a quienes te mencioné. Yo en verdad te amo, amo a quienes me dejaron, a quienes aún no me han aceptado. Amo porque es mi naturaleza.
Por tanto, aprende de mí. Toma tiempo de tu cotidiano vivir para estar conmigo y conocerme. Conocer mi naturaleza, y que ésta se pegue a ti hasta las coyunturas de tus huesos, y entonces seas transformado a mi imagen.
Pero te aclaro. Antes de todo esto. Debes arrepentirte y volver al primer amor; porque no te vale de nada pretender servirme con tus conocimientos de mi palabra, sino lo haces a través de mi espíritu.
¿O no sabes que yo soy Espíritu? ¿Quién te da la inteligencia? ¿Acaso no soy yo quién te la da? No permitas que tu carne te domine, y pon en primer lugar tu espíritu para que verdaderamente entiendas que no tienes lucha contra sangre ni carne, sino contra espíritus y potestades de maldad.
Apaga tu concupiscencia y empieza otra vez. Es urgente que me busques y dejes a mí hacer mi voluntad. Tú debes orar, ministrar, clamar, interceder, ayunar, dar de comer a los hambrientos y vestir a los desamparados. Tienes mucha tarea. Así es que deja de una vez de enojarte, y maldecirte a ti mismo, porque cuando mi ira empiece sobre esta tierra, para demostrar que esta vez he venido como Rey, no vaya a ser que tú seas sorprendido y sea tarde para tu salvación.
Te amo y por eso te lo digo. Arrepiéntete ahora mismo que te estoy esperando.”
Le envío un fraternal abrazo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Hno. Sergio
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