jueves, 3 de octubre de 2013

VENCIENDO LA INSEGURIDAD

Adición a la aprobación
Por Joice Meyer
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Actualmente hay una epidemia de inseguridad en nuestra sociedad. Muchas personas son inseguras y se sienten mal consigo mismas, lo cual les roba el gozo y causa importantes problemas en todas las relaciones. Las personas inseguras necesitan siempre que las estén reafirmando y les aseguren que todo esta bien y que son aceptadas. Muchas personas están atrapadas en ataduras que las hacen sentirse desgraciadas porque tienen sistemas de creencias equivocadas. Es muy probable que creamos cosas con todo nuestro corazón, y sin embargo esas cosas no sean verdad en absoluto. 

"Yo tuve una vez una empleada que tenia un espíritu de rechazo, heredado por sus padres. Ella lo había experimentado toda su vida, en la escuela, en la iglesia y ahora en el trabajo. El rechazo que experimento en su infancia viéndolo en su familia, hizo que desarrollase algunos patrones de comportamiento que eran difíciles de entender. Cuando el rendimiento en su trabajo no era bueno, ella se apartaba de mi, y me rechazaba. Ella no solo se apartaba, sino que decía que se estresaba porque tenia muchas cosas que hacer. Ese comportamiento realmente me molestaba, y hacia difícil para mi como jefe, tener una relación cómoda con ella. 
Como jefa suya, me horrorizaba tener que darle una orden o corregirla porque no hacia bien  su trabajo o cumplía con sus deberes como se debía, porque yo ya sabia como ella iba a reaccionar y como se comportaría.
De hecho, hasta me horrorizaba preguntarle como iban marchando varios proyectos, porque si ella no podía darme un buen informe, se disgustaba aunque yo permaneciera tranquila. Si le preguntaba sobre el estado de su trabajo, el único momento en que ella parecía tranquila y feliz era si podía decirme que todo se había hecho, y que todo estaba perfectamente bien.
Yo no comprendía sus actos en ese momento, pero mediante la oración y hablar abiertamente con ella, me di cuenta que ella tenia temor a ser rechazada sino era aceptada y no rendía perfectamente. 
Aunque yo no la rechazaba, su temor a ser rechazada la hacia apartarse de mi. Para empeorar mas las cosas, su aislamiento y su silencio me hacia sentir que la rechazada era yo, o que yo había hecho algo mal para que ella se sintiera así. Esto había logrado dañar el ambiente laboral de la oficina y el rendimiento se había disminuido. Su sistema de creencia era erróneo, pero a pesar de eso, creaba una atmosfera incomoda en la que satanás trabajaba con facilidad.
Yo no esperaba que ella fuera perfecta, pero ella si lo esperaba de si misma. Yo no la presionaba, ella se presionaba a si misma y entraba en stress. Yo estaba muy disgustada con su progreso y el ambiente que me creaba en la oficina, y ella reaccionaba cada vez mas mal a todo lo que estaba pasando. Su comportamiento realmente me confundía, y me hacia no querer trabajar con ella. Afortunadamente, ella aprendió a creer que yo la quería y la aceptaba, aunque su rendimiento no fuese perfecto. Y eso, pudo ser beneficio para todos ya que el problema estaba en ella y donde ella fuera lo iba a repetir. Hay que ser dócil para reconocer que se tiene un problema y para que el Espíritu Santo pueda hacer un genuino cambio en nuestras vidas."

Tomado del libro: Adicción a la aprobación de Joice Meyer. Capitulo 1: Aceptar quienes somos
La única forma de salir del cautiverio es comenzar a buscar de la aprobación de Dios en vez de la del hombre.
 Una epidemia de inseguridad le roba la felicidad a mucha gente en la sociedad actual y causa grandes problemas en las relaciones. Sé bien cual es el efecto de la inseguridad en la vida de la gente, porque lo he experimentado. Sé lo que le ocasiona a la persona. Quienes han sido heridos profundamente ­como resultado de haber sufrido abusos o rechazo de forma severa, como me sucedió­ buscan tener la aprobación de los demás para tratar de compensar el sentido de rechazo y baja autoestima.
Esas personas sufren por esos sentimientos, y tienden a buscar la aprobación de las demás para evitar el dolor. Se sienten abatidas si alguien parece no aprobarlas de alguna manera o por alguna razón, y se ponen ansiosas por la desaprobación hasta tanto sientan que son aceptadas de nuevo.
Derivan su sentido de valor basándose en la aceptación de los demás en vez de la esencia de quienes son. Es por eso que algunas personas se convierten en adictas a la aprobación, por necesitar siempre de la aceptación de los demás para sentirse feliz y seguros.Estas son personas controladas por su adicción. La aprobación se torna en algo que piensan no podrían vivir sin ella. Si la tienen, son felices y se sienten bien de sí mismas; pero si no la tienen, se deprimen y ponen graves.Quienes son adictos a buscar la aprobación de los demás tienen preocupaciones anómalas y, continuamente, se preocupan por lo que los demás piensen de ellos.
Como cualquier otro adicto, las personas inseguras necesitan de alguien que les reafirme o asegure que todo marcha bien y son aceptados. La aprobación externa que buscan les dicta el comportamiento. Buscan conseguir una aprobación o un elogio y se sienten bien por un momento, pero hallan después que necesitan unos cuantos más.
No hay una cantidad de aprobaciones específica que los mantenga con seguridad total. No obstante, nadie tiene que sufrir de inseguridad. Existe una cura para la adicción a la aprobación, y surge de la revelación que recibimos de la verdad del amor incondicional de Dios. La Biblia nos dice: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). Sólo una cosa nos hará libres, y esa es la verdad. Sin embargo, es lo que más trabajo nos da para lidiar. No nos importa enfrentar la verdad de las demás personas, pero cuando se trata de enfrentar la nuestra, eso ya es otro asunto.
La libertad verdadera nunca llega hasta tanto nos damos cuenta por completo que no tenemos la necesidad de luchar para conseguir del hombre lo que Dios nos da gratuitamente: amor, aceptación, aprobación, seguridad, valor y apreciación.
Fue muy difícil para mí tener que enfrentar mi inseguridad y decir: "Soy insegura, no me gusta mi persona, y necesito la ayuda de Dios para sanar en esta área de mi vida". Pero tuve que pasar por el dolor de enfrentar la verdad y el cambio, y eso me trajo libertad. Si me hubiese negado a enfrentar la verdad, aún estuviese en cautiverio, tratando de agradarle a los demás.
La única forma de salir del cautiverio es comenzar a buscar de la aprobación de Dios en vez de la del hombre. Dios quiere que nuestra seguridad provenga de Él, no de las cosas o los demás.
Él es nuestro refugio, nuestra torre fuerte, nuestra fortaleza, quien nos sostiene en momentos de tribulación y es nuestro escondite (ver Sal. 9:9; 31:4; 32:7; 37:39; 46:11). Nuestro valor, apreciación, aceptación y aprobación provienen de Dios. Siempre y cuando tengamos esas cosas, tenemos las cosas más valiosas del mundo.
Le insto a que evite distraerse y dirija su mirada hacia Jesús, "el autor y consumador de la fe [suya]" (Heb. 12:2). Se elevará hacia nuevos niveles de libertad, y se tornará en la persona segura y madura para lo cual fue creada: para caminar con la seguridad de saber quién es en Cristo.

Fuente: http://vidacristiana.com/columnas/vida-en-la-palabra/11373-es-adicto-a-la-aprobacin#sthash.naUV6FQn.dpuf

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